jueves, 5 de enero de 2012

Everyday Humanity


 Quién dijo que todo está perdido?, yo vengo a entregar mi corazón...





 Hoy salí a caminar. Casi siempre lo hago, por imposición o por placer. Y siempre veo las mismas cosas,solo que hoy las denuncio aquí, en mi espacio:
 
La gente (y la no tan gente) inundaban los negocios con las compras para las festividades. Todos se encuentran allí: pobres, no tan pobres y los de la “alta suciedad”. En el mismo lugar convergen dos caras de la misma moneda, tantas realidades, tantos sueños, tantos significados de la vida que se ven,  de alguna manera, reflejado en los rostros, en las manos… 

Y, a quién le importa?.... Pues a mi sí!...

Pasaba una mujer con ropas andrajosas, el pelo teñido de la vida y las manos cargadas de trabajo, en sus ojos brillaban la tristeza y el desencanto. Tenía en sus brazos una niña y husmeaba los precios en las góndolas para llevarse aquello que sería –seguramente- el sustento del día. Nadie la mira y en caso de hacerlo, solo es para humillarla con esa mirada que reviste soberbia. Un ente en medio de tanto movimiento. A su lado, lo que a veces decimos: “señoras de la alta suciedad” (no quiero describir tan nefasta imagen).

Miro y prefiero cuestionar lo que veo, aunque sea en mi propia conciencia – se que algún día será más que ello-. Freire, al cual adhiero hasta los huesos, decía que toda transformación es posible en tanto los sujetos involucrados tomen conciencia de su condición de oprimidos y de ahí promuevan un cambio que afectaría a todas las dimensiones de la vida del hombre, en tanto nos vamos haciendo hombres, más que hombres, humanos. Procuremos, entonces, el más elevado don del Hombre: "Hacerse humano"...

Denuncio la injusticia, que tan a flor de piel sale en este sistema. No puedo dialogar con ella, no puedo aceptarla. Miro al Otro y ese Otro es para mi la razón que me hace saber que estoy. Siento con el sus penas, su dolor, su discriminación. Por ello renuncio a hacerme parte del mismo círculo, de sus injusticias, indiferencias y pesimismo reproductor. Prometo que esto no quedará así.

Nietzsche dijo alguna vez: “He aprendido a volar, desde entonces no quiero ser empujado para moverme de un sitio”. Renuncio a nadar hacia el mismo lado que va la masa, prefiero ser como el salmón. Esforzarme, pero cambiar de dirección. Quiero ser un fuego que el día que se apague alguien se haya enterado que existió. No me convence la vida sin ideales, sin utopías, sin lucha. No me convencen los discursos bien armados. No! Me enamora aquella que se levanta con firmeza, que pisa fuerte y que usa su voz!! Dejaremos, en reconocimiento de nuestra Humanidad, de ser marionetas de unos pocos para transformarnos en artífices de nuestra propia vida…