domingo, 18 de marzo de 2012

Desierto....




Mi eterna pregunta, mi eterna incertidumbre: ¿es mi mundo desértico o es el desierto mi mundo? Nadie responde porque nadie está. Dicen que es en el desierto donde se escucha mejor la voz interior. Luego, ¿qué voz? Si hasta ella se ha apagado. 

Imagino, deliro y vuelvo a mi hábitat: todo calmo. 

Aunque el ruido suele opacar el sonido de la música, señores el silencio absoluto, profundo y prolongado tornase insoportable… No puedo (y no quiero) reírme sola.

Quizás, alguna vez aluciné en escuchar a alguien, en ver por lo menos una tenue figura. Nada. Sólo proyección de la misma necesidad intrínseca que agobia. Sólo un instante.

No me juzgues.

Respirar se hace una tarea cada vez más difícil.