domingo, 15 de enero de 2012

Carta de Reclamo


Dicen que los más mancos siguen remando…

Pudiera no escribir hoy – pues alguien ya lo ha dicho todo- pero tanta angustia y decepción debe ser descubierta otra vez, sacada a flor de piel. Tengo que decirlo, gritarlo. Sí, quien lea (si alguien lo hace), déjeme decirle que es un texto efectivamente pesimista, como tal absurdo, sin sentido de que usted pierda el tiempo en leerlo. Estas cosas no se leen: se viven, se sienten, se sufren…. He roto varias hojas hasta dar con esto, pero aún así la sangre me sigue hirviendo…

Amigo, si usted viera mi rostro, mis gestos, mis ojos en estos momentos. Tanta soledad me ha creado arrugas aún a costa de cremas que tratan de prevenirlas.

Llevo años preguntándome acerca de esta desierta existencia – se supone que en algún lugar esconde un oasis- y no he hallado respuesta y llevo minutos, segundos –de vez en cuando- que parece adquirir sentido. Es insoportable! No comprendo tales movimientos de este juego. ¿Qué sentido tiene permanecer de pie?  A veces  prefiero entrar en un sueño profundo del cual no despierte más…y eso, ¿qué sentido tiene? Todo esto parece tenerme en una condición de inexistencia.

¡Miserable de mí! Me esfuerzo por respirar cada día con todo lo que ello implica y cada vez se hace más difícil como escalar una montaña bajo la presión del viento. Necesito llegar a la cumbre y poder  saborear aire fresco… ¿Alguien me dice cómo se logra eso? De pronto, todo quedaría en palabras nuevamente, las mil  y un palabras. No se si soy yo o son los demás, no sé si he nacido en un mal tiempo o en el espacio equivocado…

Vamos Vida! Muéstrame que tienes algo para mí y que no me harás regresar con las manos vacías!!!